Mi primera casería la realice algo grandecito, por eso no entrare en detalles; por lo que me limitare a hablar de la primera casería del mayor de mis niños, los dos salen a tirar conmigo solo a blancos, pero uno día de estos me decidí que ya era tiempo llevar al mayor a cazar.- Salimos a las 5:00 am con el objetivo de cazar unas cuantas alas blancas.
La mañana estaba fría, por lo que no se pensaba que ya al mediodía haría tanto calor como hizo ese día, cuando llegamos al lugar ya estaba amaneciendo, así que comenzamos el desplazamiento a pie hasta encontrar un buen lugar en el que lograríamos cazar unas cuantas, una vez encontrado el lugar ideal comenzamos a hacer un vijiadero , que es el escondite en el que uno se mantiene fuera de la vista de nuestra presa, esperando hacer unos buenos tiros, aunque debo admitir que ya había uno hecho, pero si hacíamos otro el aprendería como se fabrican así como el objetivo de estos, y a la vez seria una mejor experiencia, y asi fue; una vez hecho yo me quede en el y mi pequeño en el que ya se encontraba ahí ya que estaba mas cerca de los árboles, le advertí que se mantuviera en silencio y no hiciera movimientos bruscos dentro del vijiadero, que si veía una ala blanca le disparara, y al caer la fuera a recoger rápidamente ya que cuando caen heridas buscan esconderse bajo el maizal, y ahí es difícil volver a encontrarlas, después de esto comienza la espera, debo admitir que era yo el que rompía con la disciplina de sonido, ya que le preguntaba constantemente si quería agua, si ya había visto alguna ala blanca, etcétera, todo para estar pendiente de el, el rifle que le había dado ese día era un Daisy Powerline 880, ya que es liviano y no requiere mucho esfuerzo para cargarlo por lo que el lo podía hacer solo; paso casi toda la mañana y no tuvimos suerte, por lo que nos trasladamos a otro lugar unos 100 metros mas debajo de donde estábamos y ahí si hubo suerte, aunque cambiamos de rifle varias veces desde el medio día el primer tiro mortal que el realizo fue con un Industry Brand QB57, que era el que yo cargaba, y ahí estaba, no fue el primer disparo del día, pero si el primero que dio en el blanco y por consiguiente lo primero que cazaba, un muy buen tiro debo decir a 25 metros sobre la copa de un árbol en la cual se había posado el ala blanca cayendo al instante, rápidamente salio del vijiadero para ir a traer su presa.
Si bien no se cazo mucho ese día, debo decir que hasta la fecha es la mejor casería que he hecho compartiendo con mi familia el amor a la casería y con el corazón lleno de orgullo y satisfacción al ver que ha aprendido lo que he tratado de enseñarle, espero que muchos de los que lean esto se sientan identificados, yo por mi parte será hasta dentro de 2 años que repita esta experiencia con el menor de mis niños, así como espero algún día ellos lo hagan con sus hijos.
2 comentarios:
Felicidades por la caceria con tu hijo, que orgullo se debe sentir como padre el poder compartir con su hijo una salida de caza , poder platicar sobre sus cosas,etc.
Esto aparte que la pasas muy bien refuerza los lasos de confianza entre los dos
Como dicen son cosas que no tienen precio y por las que verdaderamente vale la pena vivir
saludos cordiales
Muchas gracias por el comentario; si realmente por experiencias como estas es que vale la pena vivir, y fomentar esta cultura o arte como lo es el tiro y la casería; esta es una de las principales razones por las que me decidí a comenzar este blog, para crear un espacio en el cual se pueda compartir experiencias con familiares y amigos y así poder ayudar siquiera un poco a que la afición por la caza y el tiro crezca en nuestro amado País.
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